martes, 24 de febrero de 2015

La evaluación

Desde que entramos en el mundo académico estamos en contacto con la evaluación. Para todos aquéllos que hemos sido educados dentro de un sistema educativo bastante tradicional, la evaluación la hemos entendido como  los resultados numéricos obtenidos en unos exámenes que  califican “todo lo aprendido” en un periodo de tiempo.
Gracias a esta sesión he podido reflexionar sobre lo que significa el término evaluación y la importancia que tiene, porque hasta este momento ni me había planteado su relevancia.
En clase vimos que la evaluación era como nuestro mapa que nos indicaba hacia donde dirigirnos, pero reflexionando he encontrado otra metáfora que espero os guste. La evaluación me ha parecido como el volante de un coche, tenemos las ruedas, las puertas, el maletero, los asientos, el motor...etc, pero sin el volante no vamos a ningún sitio. Necesitamos algo que nos permita tomar el rumbo en el camino, algo parecido sería la evaluación, que nos va guiando a través del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Todos los pasajeros del coche deben saber por dónde van, el profesor o profesora obviamente será el conductor, que hace de guía y  los aprendientes serán los pasajeros que irán observando, reflexionando y aprendiendo en el viaje.
Es fundamental saber cómo funciona la evaluación tanto para los profesores como para los alumnos. Un posible motivo por el  que no se suele valorar por parte del alumno quizás se encuentre en que no se transmite a los aprendientes normalmente los contenidos ni los objetivos que se van a evaluar. El hecho de saber que finalidad tiene lo que se estudia en parte motiva al alumnado. En cambio cuando no se entiende el por qué se hace algo, provoca desinterés. Me estoy refiriendo a los adolescentes, que son los aprendientes que mayor desinterés tienen normalmente en aquéllo que estudian.


La evaluación antes me parecía algo sencillo, pero a través de esta reflexión me he dado cuenta de que es muy compleja. De ella depende que se cumplan los objetivos propuestos o que se falle en el intento.

Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención ha sido que la evaluación debe verificar el proceso desde el principio hasta el final,debe realizarse de manera sistemática y planificada. Me han venido a la mente los versos de Machado “caminante no hay camino se hace camino al andar”. La evaluación no se debería ver como un final sino como una guía en el proceso de ensañamiento-aprendizaje.

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